Las chinampas son lo que podría concebirse como jardines flotantes: islas ingeniosas, hechas por el hombre y usadas para prácticas agrícolas que datan desde tiempos prehispánicos, especialmente encontradas en el Valle de México
¿Qué es una chinampa?
En el sur de la Ciudad de México, yace una innovación agrícola históricamente eminente: las chinampas de Xochimilco. Estas estructuras arcaicas constituyen hasta nuestros días un laboratorio de desarrollo sostenible, un repositorio de conocimiento indígena y un ecosistema crítico que continúa respaldando comunidades humanas y especies endémicas.
Las chinampas son islas artificiales creadas por poblaciones indígenas habitantes de las proximidades del sistema de lagos del Valle de México hace más de mil años. Estos "jardines flotantes" consisten en lechos elevados construidos con sedimentos lacustres, materia orgánica y vegetación, rodeados de canales que proporcionan agua, nutrientes y vías de transporte interconectado. Su diseño integrado produce rendimientos agrícolas excepcionales que simultáneamente restauran el ecosistema.
En realidad, estas islas no flotan, pero están ancladas al lecho de los lagos por raíces de sauces y otros árboles nativos plantados en sus orillas. Este ingenioso sistema crea un micro-clima perfecto para la agricultura a lo largo del año, mientras filtra el agua de sus alrededores y provee un hábitat para incontables especies.


¿Por qué son importantes las chinampas?
Aspecto cultural: Reconocidas como patrimonio nacional de México
Las chinampas representan una de las innovaciones agrícolas más sofisticadas, reconocidas por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. Son una personificación de los sistemas de conocimiento indígenas mexicanos que han sustentado la vivencia de comunidades en el transcurso de milenios.
Pertinencia ecológica: Naturalmente purifican el agua, fomentan la biodiversidad, y actúan como sumideros de carbono.
Secuestran entre 200 y 500 toneladas de CO2 por hectárea en copiosos suelos orgánicos.
Filtran el agua naturalmente, mejorando la calidad a lo largo del sistema lacustre.
Proveen un hábitat crítico para especies endémicas como el axolote.
Crean corredores de biodiversidad conectando ecosistemas rurales y urbanos.
Faceta agricultural: Increíblemente fértil, productivo y resiliente
Las chinampas demuestran intensificación sustentable, produciendo más comida por área unitaria que la agricultura convencional, sin agotar la salud del suelo.
Amenazas actuales
Degradación del agua, la introducción de especies exóticas, y la urbanización han contribuido conjuntamente al abandono de numerosas chinampas.
Adicionalmente, las herederas de chinampas se enfrentan a una serie de dificultades en el proceso de reactivación productiva, a pesar de tener la intención de hacerlo, entre ellas: falta de recursos y de entrenamiento formal, y acceso de mercado limitado.
Una breve historia
Construido por la población mexica y otras civilizaciones prehispanas, las chinampas posibilitaron el asentamiento de la ciudad de Tenochtitlán y de su sistema de producción alimentaria. Con el paso de los siglos, muchas fueron abandonadas, pero el conocimiento permea aún entre chinamperos instruidos.
Es así como el pantanoso Valle de México se transformó en una de las regiones agricultoras más productivas del mundo antiguo. En su auge, alimentando la población masiva de Tenochtitlán, capital de la civilización.
La colonización española disrumpió, pero no destruyó el sistema, y los agricultores indígenas continuaron con el cultivo de chinampas a través del periodo colonial, que pronto se tornó en la era moderna. No obstante, la urbanización, la contaminación y las condiciones económicas cambiantes amenazan su supervivencia.
Al día de hoy, quedan únicamente 2,000 hectáreas de chinampas activas en Xochimilco; descenso significatico de las estimadas 15,000 hectáreas precolombinas. Los chinamperos restantes enfrentan las presiones económicas de la era contemporánea para abandonar esta forma de cultivo simbiótica o para permanentemente alterar sus tierras para otros usos.
Agricultura regenerativa
Más que "orgánica", la agricultura regenerativa restaura ecosistemas. En el contexto de una chinampa, esto significa renovar la fertilidad de la tierra, acrecentar la biodiversidad y la resiliencia climática, produciendo simultáneamente alternativas de alimentación considerablemente más sanas que la oferta común.
Es una práctica sistémica más que compartimentalizada, fomentando la amplificación de procesos naturales que se elevan sobre la mera restauración, y cuya regeneración temporal se despliega a través de múltiples periodos de la temporalidad.
Para más información, consúltese el reporte de la iniciativa de las chinampas aquí.
Las chinampas naturalmente personifican principios regenerativos a través de:
- Mejoría del suelo: la continua adición de materia orgánica crea suelos profundos y fértiles
- Conservación de agua: uso eficiente de agua lacustre con mínimas aportaciones externas
- Mejoramiento de la biodiversidad: el organismo de policultivos es hogar para comunidades diversas de plantas y animales.
- Secuestro de carbono: suelos de humedales almacenan cantidades masivas de carbono atmosférico
- Ciclo de nutrientes: la integración latente de acuicultura y agricultura minimizan el desperdicio
Etiqueta Chinampera & la UNAM
Nos aliamos con iniciativas como lo son Etiqueta Chinampera e investigadores provenientes de la UNAM para promover estándares de calidad, traceabilidad, y colaboración científica.
Etiqueta Chinampera es una certificación desarrollada por el Laboratorio de Restauración Ecológica de la UNAM, la cual certifica la agricultura chinampera tradicional. Contrario a estampados orgánicos comunes que certifican lo que evitan los agricultores, esta etiqueta garantiza que las prácticas de regeneración activa efectivamente mejora el ecosistema. Con este acercamiento holístico de muchas partes, se evalúan impactos de carácter social, ecológico, económico y cultural sincrónicamente.
Hoy, dieciséis productores certificados han logrado obtener precios justos y superiores, en la simultánea preservación de técnicas centenarias, demostrando así que el conocimiento tradicional puede ser culturalmente auténtico y comercialmente competitivo en mercados contemporáneos.
Presentando a nuestra comunidad chinampera
Celebramos a Cassandra y otras chinamperas líderes, por su rol en la revitalización de este sistema ancestral y tenemos la intención diligente de preservar su herencia y autonomía.

